Tengo un vacío en el estómago y no es hambre, es algo invisible, algo que falta, es irremplazable, incurable. Es silencio del otro lado del aparato. Cualquier aparato. Del otro lado de la puerta de la heladera por ejemplo. Sí, ya dije que no es hambre. Es ausencia, en el estricto sentido de la palabra ausencia, es la falta, es lo no. Es oscuridad, es la nada. Es esa nada que va llenando todos los espacios, que no deja hueco alguno dónde refugiar el deseo, los sueños, el amor. Es nada, no me pasa nada. Nada me hace gracia, nada me interesa, nada quiero. Nada.