domingo, 30 de octubre de 2005

Garganta

Uno de sus principales problemas lo sufría cuando comía. Porque tener el corazón en la garganta no era nada sencillo. La comida se le atoraba y no podía tragar fácilmente. Otras veces sentía un terrible malestar, una tristeza infinita sin ninguna razón aparente. Y cuando quería acordar resultaba ser algún huesito de pollo o una miga de pan, trabada en la garganta, lastimándole el corazón.
No era fácil vivir con el corazón en la garganta, incluso era hasta peligroso, porque el corazón es un órgano vital para el ser humano y tenerlo en la garganta lo exponía demasiado. Si hasta se lo podía ver cuando abría grande la boca. Una vez el odontólogo temió herirlo en una extracción de la muela de juicio. Cualquier accidente hubiera sido fatal.
Ni hablar de cuando tomaba gaseosa, para él era una sensación tan placentera que se sentía en el aire, enamorado, feliz, radiante. Confundía ese cosquilleo de burbujas con vibraciones incomparables de amor. Pero nada, desaparecían con el último trago.
Es por eso que tenerlo en la garganta, no le facilitaba las cosas a la hora de amar, nunca estaba seguro de la veracidad del sentimiento. Después aprendió a diferenciarlo.
Es que cada vez que la veía, su corazón se agrandaba de una manera tal, que no le entraba en tan angosto espacio y la garganta se le cerraba y sufría fuertes dolores. Entonces no tenía duda del amor que sentía. No podía respirar, ni tomar ni siquiera agua. El cuello se le hinchaba y eso lo avergonzaba hasta esconderse o terminaba llevando moños para disimular el tamaño, lo cual le quedaba mucho peor.
Pero la catástrofe mayor era cuando ella se le acercaba, porque a esta altura ya no podía articular palabra aunque se esforzara. Y un colorado intenso se adueñaba de su cara, por la vergüenza y porque no le entraba aire para nada.
La última vez que le sucedió estaba tan ocupado en sí mismo que no alcanzó a ver que ella llevaba su propio corazón en la mano y se lo ofrecía amablemente. Tampoco pudo darse cuenta que en un profundo e interminable beso, ella le extrajo el suyo de la garganta, y se lo comió.

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